Temas candentes

01/04/2020

Sócrates no es buen modelo

Me quedé esperando cómodamente en casa, sentada en el sofá, acariciando a mi gato y leyendo un libro, uno de esos libros que nadie lee sobre un personaje anacrónico. Es una biografía, le decía, pero mi gato no me hacía mucho caso. Tras ronronear un rato, se levantó de un salto y se puso en posición bípeda para perseguir a una pequeña araña que subía por el cristal del cierro del patio.

Casi todos los libros biográficos son de personajes importantes que se atrevieron a hacer grandes gestas, nadie se preocupa de la gente corriente, nadie que no sea Virginia Woolf escribe libros sobre gente sencilla. La vida de este hombre ha cruzado los umbrales del tiempo, cómo es posible, si en su momento no fue muy querido. Hay muchas formas de morir, pero Sócrates murió de coherencia, ciertamente, no sé qué será peor, si morir de coherencia o de intoxicación de paté de faisán.

Sócrates no es buen modelo. A pesar de que los escultores debieron esforzarse, no aparece en el busto que lo inmortalizó muy favorecido. Como es lógico y comprensible muchos preferirían imitar otra cosa. Hay para elegir. 

La tele estaba puesta, mientras leía, escuchaba el mismo programa de siempre, pero no le hacía mucho caso, sonaba como un runrún de fondo sin mucho sentido. Por qué imitamos a alguien, me preguntaba, aunque ciertamente no había sido Sócrates tampoco muy imitado, más bien lo contrario. Es posible que la mímesis y la filia sean una misma cosa. Sólo imitamos lo que amamos, lo que nos gusta, aquello en lo que nos reconocemos o que queremos que forme parte de nosotros. La imitación es una apropiación. Y quién va a querer morir de coherencia. Nadie, ni siquiera mi gato. Al menos una pizca no estaría de más, pero yo lo tengo muy claro: si me dan a elegir, me quedo con Cristiano Ronaldo.

Escultura de Sócrates de Piccarelli (1885) 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por interesarte por mi blog y hacer tus comentarios y sugerencias.