Temas candentes

31/03/2020

Tutorial Pixton Clásico

¡Hola a todos!

Estos días he estado trabajando y os he preparado unos tutoriales para aprender paso a paso a utilizar la aplicación Pixton. Como sabéis, intento darle a esta aplicación un uso educativo para trabajar las competencias en Filosofía de 1º de Bachillerato, lo cual no resulta nada sencillo. Mi intención es que diseñéis vuestro propio cómic partiendo de los contenidos del Núcleo Temático 3: La metafísica y el problema de la realidad. De esta forma, espero que el peliagudo asunto de la metafísica resulte más comprensible y os invite a reflexionar, sin perder de vista el objetivo de hacer comprensible lo imposible y significativo el aprendizaje.

Os dejo el tutorial en varios formatos y espero que os sea de utilidad:


Tutorial Pixton Clásico [Tamaño original] de Nuria García Mairena

Os adjunto también un enlace a un post que explica por escrito algunas funcionalidades de la aplicación en lo referente a la creación de viñetas y personajes, así como la caracterización de los mismos; no obstante, en lo que se refiere a la creación de la cuenta y el uso, seguid las instrucciones que os he dado en mi tutorial:  En clave productiva: crear un cómic en Pixton.

30/03/2020

Salir de la caverna

Cuando el gato deja de mover la madeja y se queda dormido en la esquina superior del sofá, empiezas irremediablemente a pensar. Corres a la alcoba, abres la puerta del viejo armario de caoba y te miras al espejo. Ves que no te queda tan mal el jersey de lana gris de ochos, pero al ver tu reflejo, intentas proyectar tu mirada más allá del espectro visible de tu imagen. No lo intentes, es imposible, no hay más allá. Lo intuyes y te contentas con unir tu mano a la de tu proyección, colocándola suavemente sobre la superficie. Solo consigues dejar tu huella sobre la mezcla de nitrato y cristal, nada más. Por más que te empeñes en mirar no puedes traspasar el espejo.

No se puede salir de la caverna. No se puede, porque no hay forma de vivir fuera de ella. Nadie lo ha conseguido nunca, si te han dicho otra cosa, te han mentido. Es lógico, nadie va por ahí diciendo verdades en los tiempos que corren. Estamos atrapados, encerrados, por eso la mejor manera de vivir es olvidar, pensar que este es el mejor de los mundos posibles, o simplemente atender a un presente continuo prolongado en el tiempo indefinidamente. 

Tú lo sabes, no hay más tiempo que el presente contínuo por más que el lenguaje se empeñe en otra cosa, porque la salida de la caverna sólo conduce a otra caverna y a otra caverna y a otra caverna en una regresión infinita, como si abrieses perpendicularmente las puertas del viejo armario de caoba y pusieras un espejo frente a otro. Vive el presente y quédate cómodamente en tu caverna o simplemente elige en qué caverna quieres vivir, pero no intentes salir de ella, porque no hay salida. Lo más sensato que podemos hacer es tomar un café y reír de vez cuando, mientras nos dejen aquí abajo. 


29/03/2020

La presencia de lo cotidiano

Nada es casual. Hasta el gesto más nimio es premeditado. No preguntes nunca, las preguntas están fuera de lugar. La mejor respuesta es el silencio, porque el silencio y el infinito son casi lo mismo. Simplemente todo es como sucede, solo habría que tener en cuenta un leve matiz: el hilo con el que se tejen las relaciones de la naturaleza no es el mismo que aquel con el que tejemos la cultura. Son ovillos diferentes, aunque estén cruzados, pero cada uno marca su puntada en el tapiz, de distinto color y forma. 


No sé si esa será la respuesta, pero me trae buenos recuerdos. Pasan por mi mente todas las imágenes, las de mi vecina haciendo ganchillo en la ventana y las de mi madre tejiendo ese jersey de ochos gris tan tupido, hasta mi gato jugando con la pelota de lana en el salón. En ese momento el sol lo iluminaba todo, pero de forma tenue, cándida, como si envolviese el ambiente en algodones.


No busques respuestas, las preguntas no tienen sentido porque la naturaleza no las entiende y no podrá contestarlas, al menos de la forma que tú esperas. El momento de mayor felicidad es aquel en el que las preguntas están ausentes y lo único presente es el gato agitando la bola de lana y deshilachando sus fibras. Es posible que esa sea la felicidad, la pura presencia de lo cotidiano.  


Blog mapping

¡Qué te cuento!...

¿Qué vas a encontrar por aquí? ¿Cuál es la organización conceptual de mi blog? Bueno, a grandes rasgos, todo lo que te quiero contar aquí está dentro de estos ejes temáticos o ejes organizativos dentro de mi blog:

1)  PÁGINAS: como es habitual, todo blog se estructura siguiendo una serie de páginas que normalmente están en el menú principal en la cabecera del blog. Son los ejes principales de mi blog y por ahora serían las siguientes:

·      Página principal,

·      Quién soy,

·      Materiales educativos,

·      Olimpiada de filosofía,

·      Proyectos,

·      Rincón curiosófico.

2)  MATERIAS: las etiquetas de las materias serán aquellas que coincidan con las asignaturas impartidas. En este caso, únicamente las que se corresponden con el currículo de la Comunidad Autónoma de La Rioja, que son las siguientes:

·      Historia de la Filosofía,

·      Filosofía,

·      Psicología,

·      Valores Éticos.

3)  RAMAS DEL SABER: las entradas de mi blog también estarán organizadas según las distintas ramas del saber filosófico, por lo que muy habitualmente andaremos por estas ramas y haremos referencia a ellas con sus correspondientes etiquetas:

·      Gnoseología,

·      Metafísica,

·      Ética,

·      Estética,

·      Filosofía Política,

·      Lógica,

·      Epistemología.

4)  LÍNEA DEL TIEMPO: organizaré y etiquetaré las entradas en función de la línea temporal que hace referencia a los principales periodos históricos del saber filosófico, por lo que podrás encontrar por aquí contenidos que correspondan a las siguientes épocas:

·      Filosofía antigua,

·      Filosofía medieval,

·      Filosofía moderna,

·      Filosofía ilustrada,

·      Filosofía contemporánea.

5)  AUTORES: conforme vaya comentando lecturas en el Rincón curiosófico y preparando actividades en la sección de Materiales educativos, irán apareciendo figuras relevantes de la historia del pensamiento e incluso las artes y la literatura. La filosofía no solo se circunscribe a un texto escrito, puede y debe hacerse presente en la cultura. Como consecuencia de su evolución histórica se hace presente en el cine, las artes, las ciencias y la literatura. Todas ellas son productos culturales de nuestro tiempo y de los pretéritos, que enfrentaron al ser humano en cada época de la historia con las preguntas fundamentales a las que la filosofía pretende responder, o simplemente, las sometieron a crítica. El resultado de esa tensión intelectual y crítica con cada época es un producto cultural y por aquí aparecerán sus creadores, las mentes pensantes de nuestra cultura, unos más conocidos y otros menos. Entre ellos, los que mencionamos a continuación, pero la lista es infinita y en ella damos cabida a las damas, a las mujeres que han pensado:

·      Sócrates,

·      Platón,

·      Aristóteles,

·      Magritte,

·      Descartes,

·      Nietzsche,

·      Freud,

·      Buñuel.

6)  COMPETENCIAS: un amigo me dijo una vez que las competencias habían venido para quedarse. En este momento los docentes no sabemos bien cómo reaparecerán en la nueva normativa, aunque sería deseable que todas las comunidades autónomas las llamasen igual, por facilitarnos un poco la labor a los docentes. Aquí las nombraremos según la normativa de la Comunidad Autónoma de La Rioja y las intentaremos hacer presentes no sólo a través de las actividades o proyectos extracurriculares, sino también en todas las actividades que diseñemos en la sección de Materiales educativos. De ahí que en mi blog encontrarás etiquetas de acrónimos que hacen referencia a las competencias como:

·      Comunicación lingüística (CCL),

· Competencia matemática y competencia básica en ciencia y tecnología (CMCT),

·      Competencia digital (CD),

·      Aprender a aprender (CPAA),

·      Conciencia y expresiones sociales (CSC),

·      Sentido de iniciativa y espíritu emprendedor (SIE),

·      Conciencia y expresiones culturales (CEC).

7)  TEMAS O PROBLEMAS: las etiquetas de mi blog girarán también en torno a problemas o temas de interés filosófico sobre los que la historia del pensamiento, sobre todo occidental, ha ido arrojando respuestas, por ejemplo:

·      Realidad,

·      Verdad,

·      Conocimiento,

·      Lenguaje,

·      Semejanza. 

8)  APLICACIONES Y UTILIDADES: intentaré ayudar, tanto a mis alumnos como a otros docentes, compartiendo tareas, actividades o instrumentos de evaluación relacionados con diversas aplicaciones como Pixton, Genial.ly, Canva, IDoceo, eXelearning, Moodle, etc., así como presentaciones, tutoriales, rúbricas, actividades, apuntes y todo lo que vaya pudiendo hacer sobre la marcha, o cuando tenga un poco de más calma. Por si hay algún padre por ahí, que sepáis que los docentes trabajamos también por la tarde e incluso en vacaciones, siempre tenemos tarea pendiente, toda la que queramos, porque el hacer y el aprendizaje son infinitos, tanto para nosotros, como para vuestros hijos.

9)  RELATOS: hablando honestamente, tengo que reconocer que de literatura no tengo ni idea y además he leído pocas novelas y pocos libros literarios; no obstante, desde el punto de vista histórico, teórico, lingüístico y metodológico, la filosofía y la literatura se encuentran en un primer momento en forma de poesía al comienzo de nuestra era, en los siglos V-VI a.C. y se reencuentran en el s. XX. Como pensadora amateur quiero intentar poner por escrito mis pensamientos e inquietudes, aunque no sea de forma literaria, por lo menos, que sea de forma hermosa, y a través de la pequeña historia hacer pensar y reflexionar a otros, principalmente a mis alumnos. Esa es la finalidad de los pequeños relatos filosófico-literarios, que a la manera de Machado en Juan de Mairena, he llamado In medias res para celebrar este encuentro entre literatura y filosofía en el s. XX, siguiendo con ello también mi concepto personal de educación no racionalizada ni instrumentalizada, sino reflexiva y holística.

Esto es lo que puedo ofrecer a los curiosóficos y curiosóficas que me visiten, e igual alguna cosilla más que vaya surgiendo, si me dejan.



Sugiere, proponme, contacta





19/03/2020

Sobre verdad y mentira en sentido extramoral


COMENTARIO PERSONAL AL CAPÍTULO I DEL ENSAYO SOBRE VERDAD Y MENTIRA EN SENTIDO EXTRAMORAL (1873)[1]


1.SOBRE VERDAD Y MENTIRA EN SENTIDO EXTRAMORAL: UNA INVITACIÓN A LA REFLEXIÓN Y A LA AUTOCRÍTICA A LA CULTURA OCCIDENTAL DESDE DENTRO


1.1. TIEMPO Y CIRCUNSTANCIA DE SOBRE VERDAD Y MENTIRA EN SENTIDO EXTRAMORAL


El pensamiento finisecular de Friedrich Nietzsche (1844-1900) marca un antes y un después en la historia de la filosofía occidental, podríamos decir, que abre la puerta a una nueva época histórica en lo que al estudio de los problemas filosóficos se refiere: Nietzsche es la figura que clausura la tradición metafísica, que queda disuelta en el lenguaje y, al mismo tiempo, abre nuevas posibilidades de pensamiento y nuevos métodos filosóficos desde el lenguaje. En él se produce un segundo giro subjetivista de la filosofía occidental: el giro lingüístico. En este sentido, el texto que vamos a analizar es un ejemplo paradigmático de este cambio gnoseológico que afectará profundamente a la forma de pensar de nuestra cultura, del que Nietzsche no solo es detonante, sino además un gozne fundamental para entender el pensamiento del siglo XX y sus derroteros posteriores.

La filosofía contemporánea parte de una tríada de pensadores denominados filósofos de la sospecha, entre los cuales se encuentra, junto a Marx y Freud, el pensamiento de Nietzsche. La sospecha de estos pensadores no es otra que la del fracaso del proyecto ilustrado y con él la necesidad de poner en cuestión los saberes y los valores sobre los que éste se sustenta. Esta tríada se va a caracterizar por desarrollar una crítica de la cultura de Occidente desde sus presupuestos implícitos y los discursos hegemónicos que la sustentan, con la finalidad de desenmascararlos y hacerlos explícitos. La filosofía de la sospecha no es más que una invitación a la reflexión y a la autocrítica de la cultura occidental desde dentro de sí misma, proceso que las filosofías del siglo XX y posteriores han tratado de reconducir por distintos derroteros. A grandes rasgos, los filósofos de la sospecha siguen estas tres líneas de pensamiento:

1) Colonialismo y capitalismo: Marx va a llevar a cabo un análisis de las nuevas relaciones de producción que se van a dar en la sociedad industrial emergente y va a extraer consecuencias históricas y antropológicas, revelando, desde el punto de vista del análisis filosófico, el aspecto material del idealismo alemán y poniendo en evidencia la superestructura económica de ese nuevo sistema industrial y sus consecuencias sociales, históricas y antropológicas. Será el analista del capitalismo, la nueva estructura económica que surge como consecuencia de la Revolución Industrial, a raíz de dos inventos que harán posible los cambios en el sistema productivo:

-La máquina de vapor patentada por James Watt en 1769, que se aplicará a distintas industrias, entre ellas el transporte ferroviario que mejorará las comunicaciones y el comercio.
Máquina de vapor

-La bombilla, inventada por Thomas Edison y la posterior canalización de la energía eléctrica, que hicieron posible sus aplicaciones en el ámbito doméstico, público e industrial en el último cuarto del siglo XIX, no conocidas por Marx.


Primeras bombillas eléctricas de filamento de carbono (1880)

El proyecto ilustrado no sólo ha fracasado, sino que históricamente devendrá todo lo contrario de los ideales que proponía: colonialismo y capitalismo como signos de identidad de la supremacía de la razón occidental, aunque, paradójicamente, en este tiempo los avances tecnológicos vienen a hacer más fácil, provechosa y cómoda la vida del hombre, que parece progresar hacia el desarrollo y el bienestar social, cultural y económico del que ahora disfrutamos.

2) Los entresijos de la conciencia: Freud va a poner en evidencia frente a la tradición antropológica humanista y su énfasis en la conciencia y la racionalidad humana como características distintivas del hombre, el aspecto telúrico, animal e inconsciente del alma humana, que se desconoce a sí misma, siendo la conciencia únicamente el aspecto visible y tangible del alma a través de la conducta. Esta nueva forma de acercarse al fenómeno de lo humano va a estar influida por las investigaciones biológicas de Charles Darwin, El origen de las especies (1859), que de por sí, van a propiciar el descentramiento del hombre como un ser privilegiado y se lo va a considerar a partir de ahora un eslabón más de la cadena evolutiva de la naturaleza, más emparentado con los primates que con cualquier otra criatura divina. Freud y Darwin son los espejos teóricos que ponen la animalidad humana frente a la conciencia, que puede, por fin, observar ante sí misma sus propios y ocultos entresijos. Las primeras frases del ensayo de Nietzsche que vamos a analizar, reflejan de forma implícita este descentramiento, describiendo la razón y la conciencia como fábula ideológica de Occidente: “En algún apartado rincón del universo centelleante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento” (pg. 21).


Freud y su colección de estatuillas 

3) Deconstrucción de la metafísica y de la moral: colonialismo y capitalismo no son más que la expresión histórica de las ideas que configuran y prefiguran la forma de vida de nuestra cultura: la filosofía entendida como metafísica, que engendrará la técnica y la razón instrumental y la tradición judeo-cristiana como lenitivo de sus propios productos: la enfermedad de Occidente y su propia medicina. Los frutos de las mismas se materializan en el presente de Nietzsche, e incluso alguno se está gestando en su propio tiempo, frente a él, Nietzsche lo intuye con fuerza, pero no puede aún pensarlo, de ahí que para él sea necesario deconstruir ambos pilares de nuestra cultura en tanto que ideologías y anclar urgentemente al ser humano de nuevo en la naturaleza, en la vivencia sensorial, en la vida, en el devenir: retomar el hilo heraclíteo. Vuelta a Grecia para reclamar el tiempo que el Ser olvidó en su paradójico devenir hierático, los modelos que fueron desechados por Platón, el arte como fuente de verdadero conocimiento y la afirmación de los sentidos, la vida. La deconstrucción de la metafísica comienza con una metafísica de la subjetividad o metafísica de artista/metafísica de la voluntad creadora o voluntad de poder, en la que va a culminar el giro subjetivista de la cultura occidental, que va a deconstruirse a sí misma desde dentro en un movimiento involutivo.

Nietzsche tocando el piano
Dicho proceso continúa de forma complementaria con un método que parte del análisis genealógico del lenguaje, que es puesto en su historicidad, en su génesis, para ser considerado un producto de creación humana ante las vivencias inmediatas. De esta forma, arte, moral, conocimiento y lenguaje se identifican, son uno, bajo los presupuestos de la metafísica subjetivista del esteta y de la voluntad de poder (voluntad creadora), que transforma, a modo de rey Midas lingüístico, todo lo que toca en lenguaje, en código cultural susceptible de rehacerse continuamente a partir de la voluntad creadora del sujeto. Deconstruye la razón, los conceptos y con ellos la moral desde el lenguaje. La arqueología o genealogía histórica del lenguaje, el rastreado arqueológico de los conceptos, es el reverso metodológico de la metafísica subjetivista y ambos son martillo y cincel con los que se deconstruyen la metafísica y la moral de Occidente.


Las vanguardias artísticas completarán este proceso de autocrítica cultural con la creación de nuevos lenguajes: musicales, pictóricos, escultóricos, literarios. La filosofía se volverá glosa de sí misma, autofágica, pensamiento débil, líquido, sin asideros metafísicos: aforismo o ensayo serán sus expresiones, sentencia o máxima condensada, cuya expresión confluye con la literatura, hilo mítico olvidado, como fuente de saber y creación de imágenes. Solo en la ciencia quedará vigente, sin saberlo y sin que ella misma pueda, ni quiera reconocerlo, un leve rescoldo de este afán metafísico de transparencia. Desde el proceso deconstructivo nietzscheano, la filosofía es coherentemente suplantada por el arte, la esfera de la cultura donde está presente la construcción consciente de sentido, algo que -a partir de Nietzsche- desde la metafísica tradicional ya no es posible, ni tan siquiera en el lenguaje, pues el último reducto posible de sentido se vuelve producto de la subjetividad creadora. Este es, desde mi punto de vista, el principal motivo por el que la filosofía del siglo XX confluye con la literatura y la poesía, se vuelve pensamiento débil, o pone en marcha un dispositivo de rescate de la metafísica: tres serán los filósofos que lo lleven a cabo con éxito relativo: Edmund Husserl, Martin Heidegger y el primer Wittgenstein.


1.2. LA PROMESA FRUSTRADA DE LA FILOLOGÍA CLÁSICA: FILÓLOGO DE IURE Y FILÓSOFO DE FACTO


¿Por qué Nietzsche fue un filólogo incomprendido por sus contemporáneos? Ciertamente, la joven promesa de la filología clásica causó estupor e incomprensión con su primera obra, el libro que tanto esperaron, tanto su mentor, como sus compañeros de profesión y que lo acreditó para el doctorado en la universidad de Basilea, donde había sido nombrado Catedrático de Filología Clásica con tan sólo veinticuatro años y donde se le habían concedido todos los loores académicos posibles, aún sin haber alcanzado la acreditación para doctorarse: El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música (1872).

Palas Atenea (1898), Gustav Klimt

Su primera obra fue clasificada por su propio mentor de “ingeniosa borrachera”, recibió críticas mordaces de sus compañeros de profesión y uno de ellos le dedicó incluso un panfleto sarcástico denominándola “Filología del futuro”. En mi opinión, Nietzsche de filólogo solo ostentaba el título, por lo demás, desde el punto de vista profesional, siempre fue un filósofo, de ahí su manifiesta heterodoxia en el campo de la filología clásica, de cuyo saber obtuvo un método de análisis del lenguaje que aplicó a la crítica de la cultura, así como el intento, retomado posteriormente por Heidegger desde su aspecto positivo, de reconstruir la experiencia griega desde lo trágico, que le conducirá al vitalismo y a la crítica de la razón desde el lenguaje

La filología clásica solo le proporciona uno de los instrumentos necesarios para ello: el cincel que necesita para deconstruir la metafísica, la razón de Occidente y sus conceptos, el método genealógico. Este método se complementará con su particular visión teórica del mundo clásico: el martillo, su metafísica de artista y de la voluntad creadora. De ahí que, posiblemente, su primera obra no fuera un ejercicio de rigor filológico, sino la propia metafísica de artista puesta en acto, la génesis de la crítica de la cultura occidental y sus valores desde la filología clásica. Una nueva forma de hacer filosofía y de interpretar el mundo, paradójicamente propuesta, desde otra disciplina del saber, demasiado compartimentada y racionalizada para comprenderlo, para mirar más allá de sí misma.

1.3. FONDO Y FORMA EN EL ESTILO DE NIETZSCHE: LENGUAJE COMO FORMA DE EXPRESIÓN Y HERRAMIENTA CRÍTICA


Tal y como vimos de forma muy superficial en el tema introductorio, todo cambio gnoseológico va acompañado de un cambio de estilo que lo pone de manifiesto, de ahí que, posiblemente, el hexámetro homérico fuera sustituido progresivamente por la prosa dialógica de Platón, que en este aspecto se parece a Nietzsche en el sentido de poner en acto y presentar a través del lenguaje su particular reelaboración del método socrático, inaugurando un nuevo estilo literario, donde fondo y forma se complementan  y que –además- se convierte en su signo de identidad, tanto expresivo como metodológico. A Nietzsche, desde mi punto de vista, le sucede lo mismo: su estilo es literario, plagado de recursos metafóricos, analogías, ironías y contradicciones con voluntad explícita en la forma, pero no en el fondo, de superar la expresión racional, lógica (silogística) de la argumentación que caracteriza el pensamiento de Occidente. Nietzsche se expresa en un lenguaje manifiestamente alógico como forma que hace fluir el fondo crítico, que se dirige hacia el concepto y la razón occidental, a través del lenguaje y mediante él, usándolo como forma de expresión y arma arrojadiza o método de análisis, dirigido a los saberes de nuestra cultura y en especial a la metafísica.

Caligrafía de Nietzsche

Sobre verdad y mentira en sentido extramoral es un texto de juventud de Nietzsche, de los primeros que escribió, concretamente en el verano de 1873, cuando contaba con menos de treinta años. No obstante, a pesar de condensar, desde mi punto de vista, gran parte de su pensamiento, el manuscrito circula entre sus amigos y allegados y no es publicado hasta después de la muerte del autor. Verdad o conocimiento, lenguaje y genealogía, son los problemas fundamentales que se abordan en el ensayo, en el que ya se presenta de forma somera el método que hace posible la crítica de la metafísica a través del lenguaje y la voluntad creadora aplicada a deconstrucción de los conceptos metafísicos. Cincel (método genealógico) y martillo (metafísica de la voluntad creadora) están ya presentes en este texto, que se centrará como he dicho en la crítica de la metafísica a través del lenguaje, pero que como contrapartida afectará no sólo a los conceptos que se presumen universales, sino a los valores que en éstos se sustentan, según la relación causal entre conocimiento y moral fundada por el socratismo y deshecha por Nietzsche. El título mismo del texto alude a estos dos aspectos (conocimiento y valor), que se han complementado a lo largo de la historia del pensamiento.

1.4. REFERENCIAS BÍBLICAS IMPLÍCITAS EN EL TEXTO DE NIETZSCHE 


A lo largo de este comentario haré alusión directa a referencias bíblicas que, desde mi punto de vista, están implícitas en el texto de Nietzsche. No he hecho alusión a demasiados datos a la hora de estudiar su circunstancia vital inmediata, ni tampoco he hecho mención de forma minuciosa a datos biográficos que pudieran ser más o menos relevantes para comentar el texto, pues considero que, en general, es posible que no lo sean, los desconozco y tampoco se trata de una biografía, sino de un comentario. No obstante, desde el punto de vista de su situación histórica, considero que el tiempo histórico desde Nietzsche y el que Nietzsche habita con su figura, es un tiempo de ruptura y crítica a una tradición de pensamiento y a la historia de una cultura, pero en su presente coexisten esas dos cosmovisiones, la decimonónica y la finisecular propia del siglo XX. 

Su figura representa y materializa la ruptura con la tradición en su pensamiento y en su vida, pero en su siglo siguen presentes y vigentes no sólo la moral judeo-cristiana, sino su derivado victoriano y sus contracciones inherentes, por lo que considero que sus textos están plagados de referencias bíblicas implícitas para ser deconstruídas, criticadas y repensadas desde la nueva cosmovisión que presenta y representa. De ahí que, posiblemente, sea tan paradójico no aludir a un texto de Homero, de Platón o de Schopenhauer al que Nietzsche pudiera directa o indirectamente referirse, como desoír o no mencionar las referencias que Nietzsche pudiera hacer a las Sagradas Escrituras, máxime si –explícitamente- son sus valores o imágenes morales, literarias y gnoseológicas, su iconografía y la influencia de las mismas en la cultura lo que el autor pretende criticar desde dentro. Quedan justificadas, a mi juicio, las referencias que haré a los textos bíblicos en el comentario de Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, en función de las alusiones, directas o indirectas, que el autor hace a las mismas.

2. SOBRE VERDAD Y MENTIRA EN SENTIDO EXTRAMORAL [2]: LA CULTURA SE DECONSTRUYE A SÍ MISMA


2.1.CAPÍTULO 1: EL MARTILLO Y EL CINCEL PARA DECONSTRUIR LA METAFÍSICA Y LA MORAL


2.1.1.Lectura invertida del Génesis, descentramiento del hombre y conocimiento como constructo (líneas 1-25) 

Nietzsche, siguiendo, como hemos dicho, el descentramiento del hombre que se deduce de la teoría de la evolución, pone el intelecto humano en relación con el resto de organismos, en el lugar que le corresponde en la naturaleza, subrayando su fragilidad. Pese a la pequeñez del hombre y la debilidad del instrumento que posee para habérselas con su entorno, el ser humano piensa, paradójicamente, que su conocimiento es infalible y que ocupa un lugar central en la naturaleza.

Dicho fragmento, que evoca a la lectura invertida del Génesis –recordemos que Nietzsche es educado dentro de la ortodoxia protestante y que posiblemente conociera bien las Sagradas Escrituras- alude implícita e incluso explícitamente a la soberbia del ser humano en él descrita, pero la consecuencia no es la expulsión del paraíso, sino su descentramiento como especie. Desde mi punto de vista, pese a la crítica de la metafísica como expresión ontológica del concepto de Dios, al conocimiento desde el lenguaje como su expresión gnoseológica y a su correlato moral en la demoledora crítica de la moral judeo-cristiana, es posible que existan referencias tanto explícitas como implícitas a esa tradición de pensamiento, ya sea porque son absorbidas en la educación del autor para ser posteriormente criticadas o porque alude a esas imágenes o referencias explícitamente en su teoría para deconstruirlas (Ecce Homo, El Anticristo, etc.).

Cabe destacar de estas veinticinco líneas del texto, las tres primeras (“En algún apartado rincón del universo centelleante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento”, p.21.), pues ponen de manifiesto que posiblemente Nietzsche estuviera al tanto de los últimos descubrimientos astronómicos (asteroides, cometa Halley, Alfa Centauro), que junto a la teoría de la evolución, estaban marcando el comienzo de una nueva cosmovisión de la cual él es uno de los principales protagonistas, pues parece que las consecuencias de la misma son anticipadas en sus escritos, resultando en este aspecto la filosofía más diagnóstica y profética que crepuscular.

En estas tres primeras líneas ya se alude también a la palabra “conocimiento” como un constructo, un proceso creativo del sujeto (“inventaron el conocimiento” p.21) y, por tanto, a esa metafísica de la subjetividad o metafísica de artista ya esbozada en El nacimiento de la tragedia un año antes (no lo he leído, es una deducción plausible). De ahí que se pueda interpretar también el ensayo como una lectura invertida del Génesis: el conocimiento no es iluminación, don de Dios (filosofía presocrática, San Agustín, Platón, estoicismo), como muestra la tradición metafísica que, en última instancia, abstrae, racionaliza y seculariza conceptos teológicos desde la Antigüedad, sino un proceso creador del sujeto (ya sucedía de esta forma con Kant, que inaugura el primer giro subjetivista de la tradición gnoseológica, junto al historicismo, que supone la materialización de la filosofía del espíritu).

2.1.2. La razón tejedora de mundos (líneas 33-53).Primera pregunta retórica: “…apenas hay nada tan inconcebible como el hecho de que haya podido surgir entre los hombres una inclinación sincera y pura hacia la verdad” (pg. 22-líneas 51-53)


El proceso mismo del conocimiento es una ilusión, pues entre los sentidos humanos y el entorno se alza como mediadora la sensación que limita nuestra forma de conocer (empirismo). No obstante, el ser humano vive presa de ese engaño, el engaño de la verdad como “cosa en sí”, en pos de la cual tiene que correr toda su historia, pues del mismo pende su supervivencia como especie, es decir, de la inconsciencia de su propio mecanismo gnoseológico.

El intelecto es la herramienta de supervivencia que le es dada a la especie humana para permanecer en la existencia pese a su fragilidad, no mediante la lucha sangrienta o la ley de la naturaleza, ante la cual estaría en desventaja, sino mediante la creación de mundos superpuestos a ella: el ser humano teje la red de la cultura para poder sobrevivir, pero esta red es tejida desde la convención de la verdad y, por tanto, desde el autoengaño que supone para el ser humano que la cultura pueda esconder la crueldad de la verdad más íntima del hombre: su frágil animalidad hipostasiada. De ahí que esta animalidad, por inconsciente convención es ocultada por el mismo intelecto mediante su propio funcionamiento y su propia constitución intrínseca, en aras de hacer posible la supervivencia de la especie (Schopenhauer: El mundo como voluntad y representación).

En este fragmento Nietzsche hace alusión al convencionalismo intrínseco que supone la cultura, que incluso se refleja en sus usos sociales: la disimulación, la hipocresía, la adulación, la vanidad. La cultura misma en su manifestación social, en su concreción y en sus usos goza por convención del enmascaramiento, la representación, el teatro. Lo social es de por sí una capa que cubre la manifestación de la naturaleza, la canaliza, la maquilla y la encubre. De ahí que Nietzsche se pregunte de dónde procede entonces en el hombre ese impulso hacia la verdad que se presupone guía del saber desde el principio de los tiempos, cuando la cultura misma es una huida manifiesta de esta verdad. ¿Cómo puede el ser humano huir de algo y al mismo tiempo pretender alcanzarlo? Para responder a esta pregunta, en las líneas subsiguientes, Nietzsche se centrará explícitamente en el proceso del conocimiento y su deconstrucción a través de la génesis de los conceptos, para llegar a la conclusión de que la verdad, culturalmente entendida, es un constructo humano fruto de la convención.

2.1.3. Método genealógico: los conceptos son las piedras sedimentadas de las experiencias (líneas 53-76).Segunda pregunta retórica: ¿De dónde procede en el mundo entero, en esta constelación, el impulso hacia la verdad? (pg. 23, líneas 74-76)


En las líneas 74, 75 y 76 se retoma de nuevo la misma pregunta retórica: ¿de dónde procede el impulso hacia la verdad? Esta pregunta cierra el comienzo de la crítica de la metafísica desde el lenguaje, que va a tener lugar en las líneas que la preceden.

Aparece esta pregunta en este caso, tras indagar de forma más profunda y concreta en el proceso del conocimiento, que en los párrafos precedentes se centraba en la razón como instrumento que posibilita al hombre tejer el mundo cultural, pero que en estas líneas se va a centrar en los conceptos como productos de la razón y, por tanto, en el lenguaje. Nietzsche deconstruye el concepto hasta su límite sensorial: en las “formas”, es decir, en los conceptos, no hay ningún aspecto de las cosas que remita a algo fijo o a una pretendida esencia inmutable, forma (Aristóteles) o idea (Platón), presente en las cosas mismas y aprehendida por la razón. Los conceptos no son más que constructos que provienen de la sedimentación de los estímulos sensoriales sobre los objetos percibidos.

Paisaje erosionado del Torcal de Antequera (Málaga)

El concepto es el flujo sensorial cristalizado, petrificado como un fósil y relativo a unas experiencias compartidas y, a veces, personalísimas. De ahí procede el origen de los conceptos y, por tanto, del lenguaje, de un tantear sensorial de un grupo social con las experiencias vitales circundantes. Ciegos ante ellas, elaboramos conceptos-brújula para poder orientarnos. No obstante, la pretensión de universalidad de estos conceptos no es más que un espejismo de la conciencia. Tomando como analogía la arqueología que levanta las capas superficiales hasta llegar al asentamiento original, o la geomorfología, que pretende dar respuesta al origen del relieve estudiando sus sedimentos, podríamos decir que Nietzsche, a partir de este texto, hace lo mismo con los conceptos y los pone en su historicidad temporal y en su inmediatez perceptual, diluyendo las esencias en el constante flujo sensorial como si se tratase de un analgésico en un vaso de agua. Ese analgésico es la metafísica y no hay más verdad que esta disolución. 

La finalidad del método genealógico es la adquisición de la plena conciencia de este hecho, que responde al verdadero comportamiento del ser humano, como ejemplo del mismo, Nietzsche establece una analogía con el mundo natural que no revela al hombre lo interno y le hace tantear como un invidente en lo externo. La conciencia no es más que el espejismo de la voluntad natural, tanto en la cultura, como en el lenguaje, como en la misma psique del hombre, dominado por sus pasiones.

2.1.4.La verdad es una cuestión de supervivencia y homeostasis, no de esencias. Respuesta a las preguntas retóricas: la verdad es una convención para alcanzar la paz y el orden social necesarios para garantizar la supervivencia  (líneas 76-106)


En estas líneas Nietzsche hace una referencia explícita a la teoría política de la Modernidad y al contractualismo clásico, concretamente a la teoría hobbesiana sobre el origen de la cultura y el Estado. De nuevo salta del concepto al plano social para responder parcialmente a las dos preguntas retóricas sobre la verdad que marcan parte de la estructura del texto: ante la necesidad de vivir gregariamente y garantizar la armonía social, las culturas convienen qué es lo verdadero, entendido como lo útil a la supervivencia y a la convivencia y considerando como falso aquello que no lo es; es decir, lo falso o lo inmoral es todo aquello que pone en peligro la armonía social. No es otro el origen de esta dicotomía, de ahí que sea Zoroastro uno de los primeros en introducirla y el que regresa para diluirla. Las normas se basan en la utilidad, en la garantía de orden y armonía social y no en ninguna esencia trascendente. El impulso hacia la verdad está implícitamente fundamentado en la consecución de la paz social y no en ninguna entelequia metafísica, dicho objetivo y su materialización y cristalización en normas, es el fundamento de un consenso cultural sobre lo verdadero. El mentiroso no es más que el que abusa de la convención en su propio beneficio, el que transgrede lo convenido, por eso nos dice Nietzsche “los hombres no huyen tanto de ser engañados como de ser perjudicados mediante el engaño” (pg. 23).

Thomas Hobbes

El contraste entre verdad y mentira, así como el de lo moral y lo inmoral, tiene su origen en el plano cultural, social y normativo y cristaliza en el lenguaje, en tanto que los conceptos son el sedimento de estas relaciones sociales que constituyen la cultura, encaminadas a la supervivencia de la especie (voluntad de supervivencia sedimentada en lenguaje). En este sentido, Nietzsche concluye que el hombre no busca verdades, sino equilibrio, homeostasis, de hecho, no desearía jamás las consecuencias de la verdad si éstas fueran perniciosas.

2.1.5. Las palabras y las cosas ( Líneas 106-161)


¿Concuerdan las palabras y las cosas? ¿Es el lenguaje la expresión adecuada de todas las realidades?” (p.23), se pregunta Nietzsche. Esta pregunta parece remitir a la cuestión radical sobre la génesis del lenguaje. El problema nos remitirá históricamente a teorías sobre el lenguaje casi contemporáneas de Nietzsche como el estructuralismo (F. de Saussure) y a la filosofía del lenguaje posterior al segundo Wittgenstein, pero este texto es ya precedente de este giro lingüístico del pensamiento del siglo XX. La respuesta de Nietzsche es taxativa: no concuerdan, o solo los hombres hacen posible su concordancia, que no depende de ninguna instancia ulterior, sino de las propias relaciones culturales y los usos. Responde a esta pregunta con el esbozo de la metafísica de la subjetividad y el método genealógico (martillo y cincel), que dan cuenta de la pregunta implícita sobre el origen del lenguaje: independientemente del carácter innato o no del lenguaje, cosa que parece ser que Nietzsche no llega verdaderamente a cuestionarse como hizo Platón en el Crátilo, quedándose exclusivamente en el aspecto cultural del lenguaje y defendiendo, por tanto, una teoría convencionalista sobre el lenguaje, nuestra relación con el mundo exterior se basa en un proceso creativo de generación de símbolos, cuyos significados son relativos a la relación de los sujetos que los ponen en uso e intrínsecos a las mismas, nunca las trascienden, por tanto, sólo olvidando estas relaciones y usos puede el hombre creer estar en posesión de verdades eternas. 

En este conjunto de relaciones y usos existe un polo sensorial y vital en el que queda anclado la construcción del concepto, que progresivamente se va desligando y separando del mismo: el impulso nervioso convertido en imagen (primera metáfora: primer salto subjetivo), después en sonido (segunda metáfora: segundo salto subjetivo). Nietzsche no se cuestiona la preeminencia de la imagen sobre el sonido o la relación existente entre imagen, sonido y significado, simplemente la remite al elemento originario desde el punto de vista temporal: la sensación. Lo más primario, desde el punto de vista vivencial es el flujo perceptual (Hume), aunque posteriormente la Gestalt estableciese una distinción entre sensación y percepción, posiblemente fundamental para entender el lenguaje o aproximarse a su génesis como fenómeno, no ya cultural, sino gnoseológico, según la cual hay ciertas regularidades en lo percibido.

Nietzsche defiende la existencia de un elemento arbitrario, subjetivo o convencional, dependiente exclusivamente de la estructura interna del lenguaje y relacionado directamente con la experiencia social del mismo, el uso marcado por grupos sociales, en tanto que somos seres gregarios. Posiblemente, fuera de este existir gregario no podría darse el lenguaje, de ahí que los niños ferinos no hayan podido desarrollarlo de la misma forma, por lo que debe haber en él un elemento morfológico que lo posibilite y otro social. La asociación sonido (significante) y concepto (significado) del que la imagen mental forma parte es arbitraria, producto del uso social, e incluso en algunos casos, explícitamente convencional y su concordancia con los objetos externos a los que pudiera apuntar es absolutamente construida, la antítesis de la transparencia lógica que Wittgenstein defiende, por ello el armazón lógico no es más que el resultado de la abstracción de lo vivo, lo experiencial, lo vivenciado y no remite a ninguna esencia, noúmeno o “cosa en sí”. La lógica, para Nietzsche, no es más que el “packaging” interno del lenguaje, fruto de la depuración racional de los usos.

Como consecuencia, la tautología sólo es el resultado de un proceso de abstracción, una cáscara; no obstante, tanto en matemáticas como en arte (similitud) la identidad es necesaria, ninguna de esas disciplinas puede entenderse sin ella, aún en la inmanencia de los usos, no es posible representar ni codificar sin este principio. Paradójicamente hasta la onda sonora que describe el experimento de Chladni, del que Nietzsche era conocedor por su afición a la música, apunta a la existencia de una pauta formal o visual de cada frecuencia. Pero los sonidos de las palabras no siguen las leyes de la proporción musical, excepto en la poesía, pues incluso las onomatopeyas son diferentes en las distintas culturas. A través del experimento de Chladni un sordo podría ver el sonido, aunque jamás podría imaginarse la percepción del mismo, precisamente por ser incapaz de sentirlo.

Experimento con arena de Chladni

Como curiosidad, dejo unos enlaces al experimento de Chladni:



La “cosa en sí” es incognoscible e innombrable, las palabras son metáforas de la experiencia vital de un grupo humano y no corresponden a ninguna esencia más allá de esas mismas vivencias. El impulso nervioso se transforma en imagen y después en sonido y tras ese viaje gnoseológico por el cuerpo y el cerebro humano, surge la palabra, fruto de su único creador: el hombre[3]. El hombre con mayúsculas, pero el hombre no poseído por revelación alguna, ni en trance poético ni profético, el hombre como creador absoluto. Está claro: la frase de Nietzsche “Dios ha muerto” no es más que la consecuencia lógica de esta teoría. Aunque aparentemente Nietzsche sea muy literario, la relación que establece entre las ideas y conceptos filosóficos que defiende y las imágenes que crea sigue, en el fondo, aunque no en la forma, un procedimiento lógico o causal y una trabazón interna muy estructurada. Por tanto, como consecuencia –podríamos aristotélicamente decir- es fina la tela con la que el hombre investiga y construye la ciencia, pues su mismo lenguaje se basa en metáforas.

2.1.6.  Los conceptos no son más que generalizaciones (líneas 162-199)


Este epígrafe bien pudiera parecer una relectura de Aristóteles, pero no lo es. Nietzsche al obviar la importancia de los principios de identidad y no contradicción -no sólo para representar lo análogo o lo semejante, sino para deducir por oposición lo desemejante- como principios intrínsecos del propio lenguaje (estructuralismo); considera que los conceptos son reductivistas y cercenan lo verdaderamente real, que es lo vivenciado e individualísimo, el flujo infinito de sensaciones a las que se reduce la relación del sujeto con el mundo. Los conceptos proceden de generalizaciones que marginan las características individuales de los sujetos a los que se refieren. Es posible que en el plano de la sensación Nietzsche proceda como la ciencia del siglo XX, creyendo que puede existir la sensación desnuda o sensación pura (que en el caso de la ciencia, sería el dato) y le atribuya a ésta las cualidades de la “cosa en sí”, convirtiéndose en “noúmeno fluyente”.

Los conceptos son una especie de comodines que tienen que ir encajando en distintos conjuntos de experiencias comunes, lo que vendría ser una especie de “teoría de conjuntos experiencial o senso-cultural”. Proceden de la equiparación de casos no idénticos y este “vicio inductivo” desemboca en la creación de arquetipos o formas que se presumen universales, pero que al igual que las tautologías, no remiten a esencia alguna por el polo ideal, que no sea el conjunto de experiencias del que proceden. Las formas no son más que vicios de la razón, que se empeña mecánicamente en unificar y sintetizar, en aplicarle a la experiencia este mecanismo viciado.

Como consecuencia, no hay tampoco arquetipo moral ni valor universal posible más allá de los usos convencionales de las distintas culturas, por lo que tendría tan poco sentido hablar de honestidad como de “derechos humanos”. Por analogía, el valor es la reproducción de este mecanismo viciado de la razón aplicado a la moral, la manía gnoseológica de reducir y unificar, de esquematizar: no sabemos nada de la “honestidad”, solo de acciones honestas individuales, pero sólo son honestas según los usos sociales convenidos que un conjunto de individuos establezca; es decir, por más honestamente que pudiera actuar alguien, paradójicamente, pudiera ser, que si no conviene a ningún uso social de ninguna cultura del planeta, no se le pueda aplicar ese adjetivo, habría que inventar otro; y creo que en ese aspecto ético-lingüístico de crear neologismos, Nietzsche no tendría ningún inconveniente.

2.1.7. ¿Qué es la verdad? (Líneas 200-255). Tercera pregunta retórica: No sabemos todavía de dónde procede ese impulso hacia la verdad (pg. 26-línea 200)


Nietzsche se hace esta pregunta retórica “¿qué es entonces la verdad?” (p.26, línea 200.), pregunta que de nuevo remite a un episodio bíblico: Jesús ante Pilatos [4]. Ya no hay modelos ni referentes, la verdad es un conjunto de metáforas y la cita implícita al episodio tendrá su respuesta explícita en La gaya ciencia (1882), pero sus consecuencias éticas, filosóficas y gnoseológicas ya son deducibles en este texto.

La verdad no es más que un conjunto de metáforas más o menos gastadas de las experiencias a partir de las cuales han sedimentado, cantos rodados erosionados por el agua, prendas descoloridas por el sol o monedas que pierden su lustre con el uso. Es posible que, por este motivo, le gustase a Nietzsche hacer algún que otro poema de vez en cuando, para que las metáforas recuperasen su lustre.

Respuesta a la pregunta retórica: La verdad, al igual que la honestidad, es un compromiso social, un acuerdo, un consenso, tanto desde el punto de vista gnoseológico como ético. Tanto la verdad como la mentira, lo verdadero como lo falso, no son más que usos y convenciones establecidas, por lo que dichas dicotomías quedan disueltas y superadas en la experiencia compartida que fundamenta esos usos consensuados. Verdad y mentira no son más que anverso y reverso de una metáfora. No hay más engaño que el autoengaño de creer que las abstracciones son verdades eternas, no hay más ser que ser percibido (Berkeley: “Esse est percipi”: Tres diálogos entre Hilas y Filonús).

George Berkeley

Las metáforas gastadas son las fichas del lenguaje, pero cada una tiene su función en el juego de los usos, la suya propia y no otra. Así sucede en cada lengua, en cada cultura, en cada momento de la historia en la que los seres humanos cohabitan para compartir un conjunto de experiencias.

2.1.8.Líneas 255-395.Martillo y cincel: esbozo de la metafísica de artista o de la subjetividad y del método genealógico. Respuesta a la pregunta retórica: El descubrimiento de la verdad sólo es posible dentro del recinto de la razón y en la prisión del lenguaje


A partir de una serie de analogías encadenadas (el hombre etrusco y romano que escudriña el cielo y lo segmenta matemáticamente, el arquitecto que transforma las rocas en catedrales, las abejas que construyen colmenas), Nietzsche pone el énfasis en la capacidad creadora colectiva del ser humano, siendo el lenguaje una faceta de la misma que, en última instancia, no es más que una variante de la capacidad natural constructora de cualquier animal, con la salvedad de que el hombre no recoge de la naturaleza la materia necesaria para fabricar los conceptos, sino que debe, cual dios creador, hacerlos por sí mismo partiendo únicamente de la materia prima de las sensaciones.

Cinceles antiguos

Esta capacidad creadora es al mismo tiempo artificio del engaño. Inconsciente de su genio, el hombre troca metáforas por verdades en un perenne olvido de sí y de su poder creador, por lo que toda verdad no es más que un artificio de hechura humana, demasiado humana. El hombre es mediación, filtro, hechura y límite de la verdad, no obstante, al conocer se olvida de su cuerpo, como si no pudiera dirigir sus funciones gnoseológicas hacia fuera de sí mismo y hacia su interior simultáneamente: es al mismo tiempo centro -medida- y vértice del mundo.

Entre el objeto y el sujeto no existen leyes causales, sino conductas estéticas: hasta el mismo fenómeno, tanto epicúreo como kantiano, en tanto que fantasma o simulacro de la experiencia sensorial queda disuelto. No hay simulacro de forma alguna, ni sombra que pueda garantizar mínimamente algo que pudiera darse como efecto al impulso nervioso que responde al estímulo exterior: todo es creación. No existe relación causal ni necesaria entre el impulso nervioso y la imagen que el cerebro produce, más allá del hábito y la repetición.

¿Qué es entonces la ciencia?, ¿en qué se fundamentan las leyes naturales?: las leyes de la naturaleza no son más que una suma de relaciones dentro de un lenguaje en cuyo sistema o conjunto tienen sentido. Estas relaciones se cimentan y remiten, en última instancia,  a una estructura formal humana de carácter triádico que el hombre proyecta al conocer y a ella le debemos toda regularidad externa: tiempo, número y espacio. Solo en el cuerpo humano halla la ciencia su verdad, pero ya lo decía el poeta: “Non coerceri maximo, contineri tamen a minimo divinum est[5].

2.2. CONCLUSIÓN: ESTRUCTURA INTERNA DEL TEXTO


Como se puede apreciar, el primer capítulo del texto, a pesar de la aparente expresión literaria y la impresión de asistematicidad, está estructurado por tres preguntas retóricas sobre la verdad y sus respectivas respuestas y desarrollos, concretamente dos. En este sentido, Nietzsche deconstruye explícitamente a Platón en la escritura y a Sócrates en la oralidad, pues la estructura de su texto guarda un paralelismo implícito y oculto con los diálogos platónicos, pero este paralelismo forma parte del reverso estructural del texto y no es explícito y visible sino a través del análisis. El texto internamente es un monólogo en el que Nietzsche habla con su tiempo histórico y la cultura de Occidente, es decir, Nietzsche dialoga con ella en fondo y forma. Le opone externamente la asistematicidad, pero dialoga internamente desde una estructura lógica de la que no puede salir al pensar. La estructura interna del texto es tan lógica como cualquier silogismo, no obstante, está oculta manifiestamente como expresión crítica de este diálogo con la tradición cultural y con su presente. He aquí la paradoja de Nietzsche y su genialidad. La estructura interna del texto es la siguiente:

Introducción: líneas 1-25.
Pregunta retórica 1: “…apenas hay nada tan inconcebible como el hecho de que haya podido surgir entre los hombres una inclinación sincera y pura hacia la verdad” (pg. 22-líneas 51-53).
Pregunta retórica 2: “¿De dónde procede en el mundo entero, en esta constelación, el impulso hacia la verdad?” (pg. 23, líneas 74-76).
-Respuesta breve: Líneas 53-76: Los conceptos son las piedras sedimentadas de las experiencias.
Respuesta a las preguntas retóricas 1 y 2: Líneas 76-199.
-Respuesta 1: La verdad es una cuestión de supervivencia y homeostasis, no de esencias (líneas 76-106).
-Respuesta 2: Las palabras y las cosas (Líneas 106-161).
-Respuesta 3: Los conceptos no son más que generalizaciones (líneas 162-199).
Pregunta retórica 3: “No sabemos todavía de dónde procede ese impulso hacia la verdad” (línea 200).
Respuesta a la pregunta retórica 3 y conclusión del texto (líneas 255-395).
-Respuesta 1: El descubrimiento de la verdad sólo es posible dentro del recinto de la razón y en la prisión del lenguaje.
-Respuesta 2: Entre el objeto y el sujeto no existen leyes causales, sino conductas estéticas.
 Conclusión: No puedo prescindir de las formas ni dentro ni fuera de mí (espacio, tiempo y número): o las pongo o las creo.
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[1] Quisiera aclarar que, como lectora aficionada y además poco conocedora del pensamiento del autor, este texto es una interpretación personal, propia y, en algunos aspectos, posiblemente aventurada, del ensayo al que hace alusión,  sin tener otra perspectiva que el propio texto, que ha sido analizado por fragmentos en varias clases de Filosofía de 1º de Bachillerato. Dichas clases han sido puestas por escrito para utilidad de mis alumnos. En este sentido, estoy abierta a cualquier tipo de corrección, parecer o diálogo que este comentario pudiera suscitar, ya sea por parte de mis propios alumnos, o por parte de mis compañeros de profesión.

[2] Nos basamos en la traducción del alemán de Luis Manuel Valdés incluida en la colección de cuadernillos didácticos de la editorial Mare Nostrum. Echegoyen Olleta, J y García-Baró M. (2000): Friedrich Nietzsche. Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. Ed. Mare Nostrum.

[3].Lectura literal del Génesis, pues Dios permitió al hombre darle nombre a todos los animales del Jardín del Edén. Lectura invertida del Evangelio de Juan 1.1.

[4].Jn. 18-3. 

[5]Alusión de Hölderlin en su novela poética epistolar al epitafio de la tumba de san Ignacio de Loyola.